Nacimos fisicamente el mismo día, del mismo sitio, bajo el mismo fluorescente y acunados en la misma manta. Iguales en el momento, distintos en el tiempo…
Los tres mosqueteros y D’Artagnan; los cuatro fantásticos; Norte, Sur, Este y Oeste; Yo, tú, el y ello; la pirámide con un solo lado real; somos cuatro que bien podrían ser mas. Todos dependemos de uno pero él sin los demás, solo es aire.
Todos dependemos de uno pero él sin los demás, solo es aire.
Sasha llegó en 2015 para quedarse entre nosotros. Explorador multidisciplinar, navegante de primer orden: lo que se propone lo consigue. No es un genio, ni un iluminado, es un refugio, un escudo, un buen amigo al que recurrir en los momentos difíciles. Sin él, todo lo que veis no sería posible.
Oslinha es un lado de la pirámide. Uno de los nuestros. No es la base, pero de él emana la luz cegadora que nos guía. Tras sus párpados de metal, sus retinas intercambiables y su infinito regulable, no importa lo que se le ponga delante. Si es interesante para él, lo captura, sin importarle lo que digamos. Un loco mas en el agujero.
No recordamos muy bien cuándo, cómo, dónde…. pero aquí esta, entre nosotros. A veces necesita la luz para poder desahogarse. A través de él accedemos a esa parte que no podemos (o queremos) ver. Le queremos igual
